martes, diciembre 29, 2009

Nueva reseña de Periandro




Ignacio de Ferari Vial nos escribe una estupenda reseña de nuestra biografía novelada Periandro (José Simón), publicada en la edición de diciembre 2009 de la revista Mensaje. La misma estará disponible en la página web de Mensaje en Enero.

Si está pensando en un buen regalo de navidad, este libro puede ser un gran estímulo.



I ask to be no other man
Than that I am, and will know who I am.  
Oedipus Rex




«Pido no ser otro hombre que el que soy, y sabré quién soy», fueron las palabras que pronunció Edipo luego que Yocasta, su madre y esposa, lo urgiera a no enfrentar el testimonio que le revelaría su verdadera genealogía. Hijo de la Fortuna, el rey tebano descansaba en esta convicción vana para justificar el auspicio que le deparó ser soberano y señor, sin sospechar siquiera que esa misma Fortuna lo hundiría en las tinieblas. Toda tragedia no es sino el itinerario de una caída.

José Simón se valdrá del mismo recorrido para presentarnos, a través de una prosa magnífica, el fin de Periandro (s. VII-585 a.C.), segundo tirano de la ciudad de Corinto. Del personaje existen poquísimas referencias históricas, recogidas fundamentalmente por Heródoto y Diógenes Laercio. Hijo de Cipsélo, sucedió a su padre el año 627 a. C. La historia lo representa como un gobernante que mantuvo la estabilidad política y propició la prosperidad de Corinto. Se le reconoce por la gran obra de ingeniería que significó la construcción del diolkos, una rampa para el transporte de naves que atravesaba el istmo que separa al Golfo Corintio del Sarónico, evitando así a los navegantes la ruta marítima alrededor del Peloponeso. Máximas como «En la próspera fortuna se comedido; en la adversa, sensato» o «Castigar el error e impedir que se cometa» hicieron que fuese considerado como uno de los Siete Sabios de Grecia.

Pero la historia de Periandro es también la del crimen. Y éste será el motivo del cual se valdrá el autor para transformar la biografía personal en ficción narrativa. Irritado por las intrigas de Fidón, Periandro descargará su ira asestándole un golpe mortal a su esposa Melissa, embarazada de su tercer hijo. Simón inicia su novela entonces con el despertar de las Erinias, justicieras implacables de la madre muerta. Dormidas por más de seiscientos años, se despegaran de las altas rocas de las montañas para flamear sobre la ciudad en busca del asesino que huye en la noche, para llevarlo al desquicio  y luego a su muerte. Al igual que persiguieron a Orestes por asesinar a Clitemnestra, la furia de las Erinias no se detendrá hasta destruir a Periandro. Y no podía ser de otra manera pues, en la caída que nos presenta José Simón, el tirano de Corinto es un eslabón en la estirpe de los Atridas, linaje maldecido por los dioses por el fratricidio cometido por Atreo, del cual descienden Agamenón y el propio Orestes. Sin embargo, a diferencia de la tragedia de Esquilo, el femicida no contará con el auxilio de Apolo para salvarse. En este drama las deidades son la venganza, la locura y el destino.

Junto con empaparnos de la tensión del crimen sabido pero no reconocido, la aparición de sus secuelas en la paranoia ascendente que lo hace sospechar de todos, incluso de de sus hijos, seremos testigos también de la sinrazón odiosa de Periandro, aguardando que se disipe el humo de la pesadilla que provocó su culpa. A su modo, Periandro… es una lección moral sobre el Poder y la soberbia del que lo ejerce. De la ceguera, en este caso mental, frente al daño irreparable. El juicio se trastorna en desesperación. Y de ésta nacen mentiras, traiciones y crueldad. Más aun, la convicción sorda que lo hará dormir junto al cuerpo de Melissa durante las noches, confiando en su resurrección. Como sentenció la Pitia, Periandro puso el pan en un horno frío.    

Grande es el mérito de José Simón al aventurarse con habilidad en los desfiladeros de una novela que nos sumerge en un mundo resplandeciente, pero fantasmagórico; en el cual recorreremos sus ciudades y navegaremos sus mares; conoceremos a sus gobernantes y sus pensadores. Simón se atrevió a escribir una geografía, una cultura y un tiempo que no son los nuestros. En definitiva, se atrevió con su primera novela acerca del hombre a salir muy lejos de Chile.


Ignacio De Ferari

1 comentario:

Anónimo dijo...

Muy buen articulo, estoy casi 100% de acuerdo contigo :)